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Channel: MasterChef – LaGulateca
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1650 euros por persona. Así es el restaurante más caro del mundo de la final de ‘MasterChef’

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Se llama Sublimotion, está en Ibiza, y presume de ser el restaurante más caro del mundo. Y teniendo en cuenta que el único menú disponible se cotiza a 1.500 euros el cubierto (+ IVA) no parece que sea una exageración. Instalado en el Hard Rock Hotel de la Platja d’en Bossa de Ibiza, este singular restaurante lleva ya más de un año en funcionamiento aunque, sin duda, su aparición estelar ayer en la final de MasterChef le ha hecho saltar de nuevo a los titulares.

Ya hemos dicho alguna vez que por aquí somos más de los programas de cocina que dan hambre y ganas de cocinar que de los que son mero espectáculo, lloros y tonterías guionizadas. Tal vez por eso, más allá de la espectacular puesta en escena, de los jurados de lujo -poca broma, que por allí andaban Joan Roca, Andoni Luis Aduriz y Ferran Adrià, tres de los mejores cocineros del mundo- o de la victoria de Carlos, lo que esta noche nos ha quitado el sueño ha sido el citado restaurante ibicenco.

Eso y, literalmente, un programa final largo y tedioso que se ha alargado hasta la una y media de la mañana. Y además sin emoción porque la final Sally – Carlos se veía venir desde los cástings. Ninguna sorpresa, ningún momento fuera de lugar, ningún plato desastre, ningún homenaje al “León come gamba“, auténtico protagonista de esta tercera edición.

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La edición más realitera y lacrimógena ha terminado con la victoria de Carlos que, con una interpretación del castizo bocata de calamares, una merluza a baja temperatura y  una torrija de postre, se ha llevado el premio en una ajustadísima final. Esperemos que sea una oportunidad para hacer carrera en la gastronomía y no un nombre más para engrosar la lista de televisivos a rescatar en Navidad. Porque hay que reconocerlo, los platazos que sacaron los dos aspirantes estaban muy por encima del nivel de lo que ha sido esta edición.

Pero volviendo con el restaurante elegido para la gran final, lo cierto es que provocó todo tipo de reacciones entre el personal. Indignación y sorpresa por el precio, chistes a costa de los invitados VIP de Ibiza, algún que otro comentario sobre la decoración y todo eso de la experiencia sensorial y, sobre todo, una pregunta que se repitió mucho en las redes sociales a lo largo de la noche y que el mismo protagonista se ocupó de difundir: ¿Por qué no se mencionó en ningún momento que al frente del restaurante está Paco Roncero? Misterios de la televisión, las productoras, los chanchullos y los amiguísimos, cabe suponer.

El caso es que, según explican sus creadores, la idea de Sublimotion se puso en marcha en 2012, pero hicieron falta un par de años para desarrollar el concepto de este restaurante tan diferente, en el que se juega -o eso se promete- con los cinco sentidos de los comensales, trasladándoles a comer, por ejemplo, en el césped de Central Park.

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Una única mesa, una sala con el techo y paredes cubiertos de pantallas, gafas de realidad virtual, un menú degustación servido por 25 profesionales a lo largo de 3 horas… “Una puesta en escena sin precedentes, convirtiéndose así en un nuevo arte escénico, el primer espectáculo gastronómico del mundo”, explican desde su web, apuntando que en este espectáculo participan no sólo cocineros sino también ingenieros, escenógrafos, coreógrafos, guionistas e incluso ilusionistas. Y todo ello por sólo 1.650 euros.

Que no es para todos los bolsillos está claro, pero esperemos que este tipo de excentricidades  sirvan al menos para resituar un poco a los que consideran que esos menús degustación de 100 o 200 euros de los grandes restaurantes son un robo a mano armada. Lujo, show gastronómico con muchos colorines y fuegos artificiales, menús al alcance de sólo unos pocos privilegiados, esa absurda idea flotando en el aire de que el restaurante más caro del mundo es bueno sólo por eso y que, por tanto, cocinar allí es llegar a lo más alto…

No parecen valores muy adecuados para la final de un programa que se suponía de cocina. Aunque, pensándolo bien, y vistas las cifras de audiencia, posiblemente somos nosotros los que no somos los espectadores adecuados para un programa como MasterChef.

Por cierto si alguien se anima, para esta misma noche hay disponibles todavía unas cuantas de las 12 sillas de la mesa más exclusiva del mundo. Y si te preguntas si se puede pagar a plazos, posiblemente es que Sublimation no es para ti.


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